POEMAS DEL LIBRO NATURALEZA MUERTA, FRANCISCO BASALLOTE

TAN SÓLO UNA VENCIDA

cerca y el misterio

de su cancela semiabierta

como incitación al recuerdo

de la vieja ermita que un día

Hoefnagle situara en la cuesta

y vemos aquí en un recodo.

Sus muros son ocultos

vestigios enterrados

junto a los leprosos que aquí

yacen, tan cerca de la nada

como su historia,

pasto de olvidos.

 

ME HE PERDIDO EN TUS CALLES

como si me hubiese perdido

en mi memoria

al buscar las esquinas

del tiempo

y, como si el olvido

hubiese cegado

los ríos

de tu luz,

lo oscuro me prende.

Sálvame y sálvate del Leviatán

 

EN LA BÓVEDA VERDE

de la tarde, bajo la música

de su manar, el agua

helada de la Fuente Chica

buscaba su fin en el río

y pasaba lustral

por las roscas de sardinel

de los antiguos lavaderos.

Algunas cigarra rompía

el silencio en aquella hondura

de tan cercano edén.

Todo yace cegado

de escombros e inmundicias.

Otro paraíso perdido.